1ª Evaluación

viernes, 5 de mayo de 2017

TEMA 14



                                                   Páginas 324-344  (libro de texto)

EL FRANQUISMO: LA CONSTRUCCIÓN DE UNA DICTADURA (1939-1959)
El resultado de la Guerra Civil fue la consolidación del régimen dictatorial que los sublevados contra la República empiezan a construir desde octubre de 1936. El régimen implantado por el general Franco perdura hasta su muerte en 1975 y siempre se mantuvo como una férrea dictadura y se caracterizó por la represión de sus opositores aunque sus instituciones fueron evolucionando y adaptándose a la coyuntura.
Se considera que el franquismo tiene 2 grandes etapas, una dura hasta 1959 y se caracteriza por el intento de establecer un Estado totalitario inspirado en el fascismo y dotar al Estado de la autarquía o autosuficiencia económica. El apoyo a las potencias fascistas durante la 2ª Guerra Mundial deja a España en una situación de aislamiento internacional propugnado por los vencedores.


La 2ª etapa del franquismo se gesta en la década de 1950 cuando el fracaso de la autarquía y la necesidad de reconocimiento internacional comportan la liberalización económica y la atenuación de los rasgos fascistas, siendo el resultado un periodo de intenso crecimiento económico y la modernización social de la década de 1960
1. Un régimen dictatorial.
El franquismo nació como una dictadura que consolidó los poderes absolutos de Franco, confirmó el carácter antidemocrático de las instituciones y continuó la represión de los opositores practicada durante la Guerra Civil.
1.1 Características del Franquismo.
El franquismo instituyó un Estado legitimado por la Guerra Civil y caracterizado por un autoritarismo extremo. Sus rasgos más relevantes fueron:
- El Totalitarismo: el franquismo nace como una dictadura inspirada en el modelo fascista. Suprime la constitución republicana de 1931, las garantías individuales y colectivas, clausura el Parlamento y prohíbe los partidos políticos y sindicatos permitiendo la existencia de un partido único (FET de las JONS) y un único sindicato oficial.
- El Caudillismo: Franco tiene el título de “Caudillo de España” era el jefe de Estado y durante muchos años presidente de gobierno aparte de Generalísimo de los ejércitos y jefe nacional del partido único.
- La concepción unitarista y centralista del Estado: el Franquismo abole los estatutos de autonomía y fomenta la españolización de la población de los territorios influidos por el nacionalismo regional.
- La represión de la oposición: iniciada con la persecución de los simpatizantes republicanos y continuada durante todo el régimen de manera constante y planificada.
- El control de los medios de comunicación: sujetos a una rígida censura y usados como un aparato de propaganda del régimen.
1.2 Los pilares del régimen.
Los 3 pilares institucionales del régimen son el ejército, el partido único y la Iglesia católica.
- El Ejército: es el más destacado soporte del régimen participando activamente en el poder ya que parte de los ministros y gobernadores civiles son militares de carrera.
- El Partido Único llamada Falange Española Tradicionalista de las JONS (FET de las JONS) que se encarga de dotar al régimen de sus bases ideológicas, controlar los medios de comunicación y suministrar cargos administrativos.
Para procurar el apoyo social al régimen FET de las JONS constituye 4 organizaciones de masas:
1. El Frente de Juventudes: dedicado a la formación y adoctrinamiento de la juventud.
2. La Sección Femenina: su misión es formar a la mujer con un sentido cristiano y nacionalsindicalsta.
3. El Sindicato Español Universitario o SEU: instrumento de control político de los universitarios.
4. La Central Nacional Sindicalista o CNS: integra a patronos y trabajadores en una misma organización.
- La Iglesia católica: tiene un papel destacado en la legitimación y construcción del régimen que se define a sí mismo como un Estado confesional católico. A cambio de su apoyo la Iglesia recibe una generosa financiación pública (presupuesto de clero y culto), el control del sistema educativo y el predominio de los valores y la moral católica en el conjunto de la sociedad.
1.3 Los apoyos sociales.
Las diversas actitudes sociales respecto al régimen se han definido a partir de 3 tipologías: apoyo, pasividad y rechazo.
Desde sus inicios la dictadura contó con el apoyo de las élites económicas y sociales que recuperan el poder económico, social y político perdido durante la 2ª República. También cuenta con la adhesión de los pequeños y medianos propietarios agrarios del norte de España que han apoyado el alzamiento.
En 1939 las clases medias constituían un sector social desconcertado en lo político al ser desbordadas durante la Guerra Civil por la revolución social y a pesar del rechazo ideológico y político que es produce la dictadura el trauma de la guerra las convierte en pasivas y apolíticas en su mayoría.
Los sectores populares se consideran los derrotados en la guerra y son los primeros protagonistas de la oposición al régimen pero la represión, el miedo y el control policial junto con el hambre, la miseria y la supervivencia conducen a la mayoría a la pasividad política.
2. Una represión institucionalizada.
Durante la Guerra los “nacionales” habían manifestado su voluntad de eliminar a todos aquellos que se oponen a su “alzamiento” y a los que califican como enemigos de España. Así, en la zona nacional desatan una violencia indiscriminada contra los republicanos.
El fin del conflicto no comporta el fin de la violencia sino la institucionalización de la represión. Con esta finalidad se elaboran una serie de leyes coercitivas y se supedita la justicia a los dictados del gobierno desapareciendo el poder judicial independiente.
La 1ª ley represiva de carácter general es la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 con la que se pretende la depuración de las personas que han colaborado con la República. Puede ser considerada como “justicia al revés” por exigir retroactivamente responsabilidades sobre las actuaciones realizadas antes de su publicación y se condenan acciones realizadas desde el 1 de octubre de 1934 y que entonces eran legales. Considera culpables de rebelión a todos los que permanecen fieles a la República acusados de oponerse al triunfo del Movimiento Nacional.
A esta ley se añade en 1940 la Ley de Represión del Comunismo y la Masoneria por la que se incoa (abre) expediente a los acusados por defender ideas contrarias a la religión, la patria y sus instituciones.
El Ejército fue el brazo ejecutor de la política represiva hasta 1963 cuando se crea el Tribunal de Orden Público o TOP que es una jurisdicción civil especial para los delitos políticos, en los primeros años de la posguerra la mayoría de causas son juzgadas en tribunales militares en Consejos de guerra con la casi total indefensión de los procesados.
Respecto a las cifras de la represión se calcula que hay unas 150000 personas ejecutadas (50000 durante la posguerra) por razones políticas. Unos 280000 reclusos (23500 mujeres) que saturan la capacidad de las prisiones y se llegan a habilitar campos de concentración donde las pésimas condiciones alimentarias e higiénicas provocan una elevada mortalidad.
Una parte considerable de los condenados y detenidos no procesados son enviados a Batallones de Trabajo así como desde mayo de 1940 los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores integrados por reclutas desafectos. Estos batallones se dedicaban a obras de reconstrucción de infraestructuras y obras hidráulicas y canteras y minas.
El conjunto de medidas represivas adoptados por las autoridades se caracterizan por su voluntad de ejemplaridad y castigo. Se trataba no solo de castigar sino también de difundir el terror entre la población y de cualquier intento de disidencia siendo un tiempo de “miedo y silencio” y contribuyó a despolitizar a la población y a la pervivencia del régimen.
2.2 Confiscación de bienes y depuraciones.
Las medidas represivas fueron acompañadas de un proceso de confiscación y expolio del patrimonio requisando las propiedades de los exiliados y políticos republicanos y los bienes de todos los partidos, sindicatos y entidades republicanas que pasan a engrandecer el patrimonio de las instituciones del régimen.
El franquismo expulsa también del mundo laboral a todos los que se destacan a favor de los republicanos llevando una depuración de funcionarios y trabajadores de las administraciones públicas y se presiona para hacer lo mismo en el sector privado.
El ejercicio de ciertas profesiones liberales se controla por medio de depuraciones como las hechas en colegios profesionales de médicos, abogados y periodistas dando de baja a los exiliados y a procesados y en las empresas se ordena el despido obligatorio para exiliados y procesados por abandono del puesto de trabajo.
2.3 La represión sobre los nacionalismos.
La victoria de los nacionales tiene características particulares en Cataluña, País Vasco y Galicia cuyos nacionalismos atentan contra el principio de la unidad del Estado.
Se prohíben y persiguen todas las manifestaciones lingüísticas y culturales no castellanas que pueden servir como base para el mantenimiento de actitudes nacionalistas. El catalán, el gallego y el vasco son considerados dialectos inapropiados para las funciones de la vida pública (administración y ejercicio profesional), con normativas y leyes que los destierran de la enseñanza, administración, medios de comunicación, comercio y espectáculos. Pero no logran anular los sentimientos propios ni que la mayoría de población dejara de usar su lengua propia en el ámbito privado.
La represión obliga a buscar refugio en el exilio a muchos intelectuales comprometidos con los nacionalismos regionales quedando estas culturas regionales vinculadas a los perdedores exiliados y al activismo cívico y político antifranquista
3. Las relaciones internacionales y la evolución del régimen.
3.1 La 2ª Guerra Mundial y la hegemonía del nacionalsindicalismo (1939-1945).
En septiembre de 1939 estalla la 2ª Guerra Mundial y el franquismo muestra su apoyo a las potencias del Eje (Alemania e Italia) que le habían ayudado en la Guerra Civil, pero España no está en condiciones de involucrarse en la guerra por lo que Franco declara la Neutralidad.
En política interior la FET de las JONS tiene un papel hegemónico en el nuevo Estado nacionalsindicalista (doctrina e ideología política de Falange Española, el partido de José Antonio Primo de Rivera, basada en el totalitarismo fascista, el tradicionalismo nacionalista y el sindicalismo vertical adaptada por el régimen franquista en sus primeros años), que se quiere construir en España a imitación de los regímenes fascistas. Desempeña en ello un gran papel el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer (ministro de exteriores partidario del Eje).
La No Beligerancia.
La victoria alemana en Francia en junio de 1940 motiva el paso de la neutralidad a la no beligerancia (apoyo diplomático y económico al Eje). Alemania e Italia sondean las posibilidades de integración española en la guerra y así Franco se entrevista en 1940 con Hitler en Hendaya y en 1941 con Mussolini en Bordighera. Franco considera la posibilidad de ampliar las colonias africanas (respecto a Francia) y recuperar Gibraltar.
En estas entrevistas Franco plantea compensaciones económicas y territoriales que hacen pensar a Hitler que el precio es alto y España no entra en la guerra pero colabora en el esfuerzo bélico del Eje enviando material estratégico y aprovisionamiento y desde 1941 una unidad voluntaria, la División Azul al mando del general Muñoz Grandes, a la URSS para combatir con los alemanes así como envía también trabajadores a Alemania.
El retorno a la Neutralidad.
En octubre de 1943 la guerra es desfavorable para las potencias fascistas y los gobiernos de EE.UU y Gran Bretaña presionan a Franco para que se distancie del Eje y Franco retira y disuelve la División Azul y el regreso a la Neutralidad.
Con la derrota alemana en 1945 el franquismo tuvo que asumir que su supervivencia exige tomar distancias con el fascismo y sus discursos oficiales presentan al régimen como católico, conservador y anticomunista que podía evolucionar hacia una monarquía.
Esta nueva fase comporta la marginación del falangismo de los puestos relevantes del régimen y el abandono de la nomenclatura y de los aspectos del ritual fascista como el saludo con el brazo en alto.
3.2 Los años de boicot internacional (1947-1949).
El fin de la 2ª Guerra Mundial supuso para el franquismo una etapa de aislamiento y de rechazo internacional puesta de manifiesto entre 1945 y 1946 cuando la recién creada ONU condena explícitamente al régimen franquista impuesto en España a la fuerza gracias a las derrotadas potencias fascistas.
El gobierno francés cierra la frontera y un acuerdo con la Asamblea General de la ONU recomienda retirar los embajadores de España en 1946 lo que para Franco y sus seguidores es utilizado como una maniobra extranjera para desprestigiar al Estado y llevar a una nueva guerra civil.
La persistencia del franquismo tras la guerra mundial tuvo un gran coste económico y políticos y como consecuencia del aislamiento España recibe ayudas muy reducidas sin poder beneficiarse del programa de ayuda norteamericana a Europa Occidental o Plan Marshall (junio de 1947) y en 1949 es excluida de la OTAN.
3.3 Reconocimiento internacional y predominio del nacionalcatolicismo (1947-1953).
A partir de 1947 la configuración del mundo en dos bloques antagónicos, el comunista dirigido por la URSS y el capitalista dirigido por EE.UU. y el inicio de la Guerra Fría alteran la situación internacional. En este contexto es muy importante para EE.UU. y sus aliados contar con un buen aliado en su lucha contra el comunismo, Franco ha luchado contra ellos, y prefieren aliarse con Franco a presionarlo para forzar la democratización del sistema.
Se mantienen las condenas verbales al régimen aunque poco a poco se va aceptando internacionalmente, así en 1947 EE.UU. se niega a imponer nuevas sanciones a España y en 1950 se revoca el acuerdo de la retirada de embajadores.
En 1951 Franco decidió proceder a una remodelación del gobierno que facilite el acercamiento a las potencias capitalistas y conseguir éxitos en política exterior. Este nuevo gobierno abre la etapa del predominio del nacionalcatolicismo (doctrina política de la España franquista que se caracterizaba por la relación estrecha con la Iglesia Católica y el Estado) dando mayor peso a los católicos que a los falangistas impulsando a figuras no tan comprometidas con los principios autoritarios como Joaquín Ruíz Jiménez como ministro de Educación o el almirante Carrero Blanco como subsecretario de presidencia.
En 1953 Franco obtiene su definitivo reconocimiento internacional con la firma de los acuerdos con EE.UU. y del Concordato con la Santa Sede. El Vaticano exige a cambio del restablecimiento de relaciones el restablecimiento de la confesionalidad y un estatus de privilegio para la Iglesia. Los acuerdos con EE.UU. abarcan aspectos de carácter defensivo y económico y de ayuda mutua. EE.UU. obtiene el derecho a establecer y utilizar una serie de instalaciones militares en territorio español (bases de Torrejón, Morón, Zaragoza y Rota). A cambio España recibe material bélico para modernizar sus fuerzas armadas y ayuda económica y técnica. Estos acuerdos con EE.UU. sirven para regularizar las relaciones diplomáticas y comerciales con los países capitalistas occidentales.
3.4 Los primeros intentos de apertura (1953-1959).
Desde 1955 la admisión de España en el contexto internacional da un respiro al régimen pero quedan sin resolver los problemas interiores.
La situación económica era difícil, la producción aumenta lentamente y el nivel de vida es muy inferior al de Europa Occidental. Las ayudas norteamericanas no son suficientes para salir de la crisis y en la calle surgen los primeros síntomas de descontento y entre 1956 y 1958 se producen protestas obreras y surgen los primeros movimientos disidentes universitarios.
Dentro del régimen aumenta la presión de los que defienden la necesidad de cambios en la orientación económica que piden acabar con la autarquía y liberalizar la economía y proceder a su apertura exterior para evitar la quiebra. Así por culpa de la crítica situación económica, el aumento de la protesta social y las nuevas relaciones internacionales obligan a Franco a un nuevo cambio de gobierno.
En 1957 Franco remodela su gobierno en la línea de 1951, apartando a los falangistas y promocionando a los católicos. Carrero Blanco (almirante, militar de confianza de Franco, ministro desde siempre con Franco y en 1973 presidente del Gobierno y sucesor de Franco, asesinado por ETA en 1973) propone a ministros como Navarro Rubio o Ullastres que son los llamados “Tecnócratas” para dirigir la política económica y que proceden del Opus Dei (organización religiosa fundada en 1928 por Escrivá de Balaguer con la misión de propagar un determinad modelo de vida cristiana).
Esta nueva generación de políticos franquistas no había participado en su mayoría en la Guerra Civil y protagonizarán la 2ª etapa franquista caracterizada por el crecimiento económico de la década de 1960.
4. La estructura del nuevo Estado.
4.1. Las Leyes Fundamentales
El establecimiento de unas leyes políticas básicas que organicen políticamente el régimen fue un proceso largo que se inicia durante la Guerra Civil y termina en 1966 con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado.
En enero de 1938 cuando Franco designa su primer gobierno empezó la tarea de construir e institucionalizar el régimen, siendo el primer rasgo del Estado la concentración de poderes n la persona de Franco y que se mantendrá hasta su muerte en 1975 (jefe de Estado, presidente del Consejo Nacional, del Movimiento Nacional, y con poderes excepcionales para promulgar leyes en caso de urgencia

4.2. La democracia orgánica
El franquismo rechazaba el sistema democrático. Para la construcción del nuevo Estado se inspiró en el Estado corporativismo que organizaba la participación popular a partir de: la familia, el municipio y el sindicato. El sistema fue denominado democracia orgánica. La representación popular se reguló a partir de la Ley Constitutiva de las Cortes. Todos sus representantes, llamados procuradores eran designados por el poder y entre ellos se encontraban los ministros, los miembros del Consejo Nacional del Movimiento y de la Organización Sindical. También había procuradores por razón de su cargo, los alcaldes de las mayores ciudades, los rectores de las universidades y los representantes de la jerarquía eclesiástica. Se trataba de una representación corporativa por tercios. A partir de la Ley Orgánica surgieron los procuradores por el tercio familiar. Estas Cortes franquista no resultaban elegidas democráticamente ya que el gobierno decidía que proyectos de ley podían asar a las Cortes y cuáles eran directamente aprobados por él (decreto-ley). Se trataba tan solo de un órgano de colaboración con la jefatura del Estado. En el plano territorial, el poder del gobierno se transmitía mediante la institución de los gobernadores civiles. Estos eran jefes provinciales del Movimiento. En cada provincia se instituyó un gobernador militar y se restableció la estructura militar de las Capitanías Generales que había sido suprimida durante la República. En los ayuntamientos, los alcaldes, que eran también jefes locales del Movimiento, eran elegidos directamente por el gobernador civil. Otro poder del Estado fueron los Sindicatos Verticales. Destaca también la Ley de Unidad Sindical que establecía que empresarios y trabajadores se integrarían en un mismo sindicato por ramas de producción. El Estado ejercía una férrea tutela sobre la clase obrera y dictaba las condiciones laborales anulando toda posibilidad de negociación colectiva e ilegalizando la huelga.
5. Autarquía y racionamiento
5.1. La autarquía y sus efectos
Uno de los principales objetivos de la primera etapa del franquismo fue conseguir la autosuficiencia económica (autarquía).
La política autárquica tuvo tres grandes ámbitos de actuación. El primero fue la reglamentación del comercio exterior. Las importancias y las exportaciones pasaron a estar completamente controladas por el Estado y era necesaria una autorización administrativa para realizarlas. Con esta medida se limitaban los intercambios con el exterior, reduciendo las importaciones. El resultado de esto fue el encarecimiento de los productos y una gran escasez de bienes de consumo. El desabastecimiento también afectó a las materias primas y a la producción industrial. El segundo ámbito de actuación fue el fomento de la industria con el fin de asegurar la independencia militar y política del nuevo Estado. Una serie de leyes y medidas favorecieron la creación de empresas públicas. También se fomentó el desarrollo de las industrias de bienes de equipo, que recibieron una considerable ayuda política. Se nacionalizaron todas las compañías de ferrocarriles y se creó la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (RENFE). En 1945 se procedió a la nacionalización de la Compañía Telefónica Nacional de España. Más adelante se fundó el Instituto Nacional de Industrial, destinado a promover la nueva política industrial. También impulsó la creación de empresas públicas cuyo objetivo era producir los bienes que el sector privado no fabricaba. El tercer ámbito del intervencionismo afectó al sector agrario, que vio como el Estado regulaba la producción, la comercialización, los precios y el consumo de la mayoría de sus productos. Los bajos precios oficiales provocaron un descenso de la producción. También disminuyó la productividad. El resultado de la política autárquica fue un profundo estancamiento económico caracterizo por el colapso del comercio exterior. Además supuso un freno a las tendencias modernizadoras de la economía española.
5.2. Racionamiento y mercado negro
La rígida reglamentación de la economía autárquica conllevaba el control del mercado por parte del Estado. Los productores agrícolas estaban obligados a entregar toda la producción a un precio de tasa y la Administración se encargaba de vender los productos al consumidor a un precio también regulado. El resultado fue el desabastecimiento generalizado de alimentos y el racionamiento de los productos considerados de primera necesidad, que se distribuían mediante una cartilla de racionamiento.La tasación de los precios de los alimentos por debajo de su valor comportó que muchos productores prefiriesen esconder la producción para venderla en el mercado negro, del cual obtenían unas ganancias más elevadas. Este afectaba a los alimentos, a las materias primas y a los productos industriales.
5.3. Unas duras condiciones de vida
Durante esta etapa el incremento de vida se incrementó más del 500% respecto a los precios anteriores a la guerra. El nivel de vida de la población disminuyó como consecuencia de la inflación y los bajos salarios. Más adelante se calcula que la renta per cápita real de los españoles descendió el poder adquisitivo de un trabajador. El hambre afectó a una parte significativa de la población y destaca la carencia de viviendas dignas. Se dice esto ya que se provocó un aumento del chabolismo. Se extendieron un conjunto de enfermedades ya erradicadas en décadas anteriores como la tuberculosis y la tasa de mortalidad alcanza un nivel alto. En estos años, el crecimiento vegetativo y la esperanza de vida se sitúo en 1945 en 47 años para los hombres y 53 años para las mujeres.
6. LA OPOSICIÓN: EXILIO Y RESISTENCIA
6.1. La trayectoria del exilio
En la fase final de la Guerra Civil, más de cuatrocientas mil personas comprometidas con la República abandonaron España y llegaron a Francia o huyeron hacia l norte de África. La inmensa mayoría fueron internadas en campos de refugiados o de concentración que las autoridades francesas habían improvisado en el sur de Francia para acogerla. Una buena parte de los refugiados regresó a España cuando el régimen prometió no proceder contra quienes hubiesen cometido delito, pero no se cumplió. Sin embargo alrededor de doscientas mil personas permanecieron en el exilio o solo regresaron a España tras la muerte de Franco. El exilio supuso la pérdida de personalidades a nivel intelectual, científico y artístico. En Francia se estableció una importante colonia de emigrados españoles. Su situación se hizo más difícil durante la ocupación alemana de Francia, que implicó la persecución de los emigrados españoles, entonces, muchos optaron por emigrar a Gran Bretaña y América. Muchos exiliados que partieron hacia la América hispana se instalaron en México, Argentina o Cuba. En el exilio se desarrolló una parte muy importante de la oposición política al franquismo. Las instituciones políticas de la República siguieron funcionando en el exilio. La mayoría de las organizaciones políticas mantuvieron su organización en el exilio, aunque se caracterizaron por las divisiones internas y por el progresivo alejamiento de la realidad social en España. Así pues mientras algunas fuerzas defendían la necesidad de crear un frente único y desarrollar una labor diplomática para forzar la caída del franquismo, otras defendían la lucha guerrillera.
6.2. La evolución de la oposición
Al finalizar la guerra, los partidos y sindicatos opositores a Franco habían quedado desmantelados. Su reconstrucción fue lenta y dificultosa y tuvo que hacerse en la clandestinidad sorteando la implacable represión policial que desarticulaba su organización y encarcelaba a sus dirigentes. A grandes rasgos se puede dividir la actuación de la oposición durante el primer franquismo en tres etapas diferenciadas. La primera estuvo caracterizada por la limitada actuación de la resistencia interior. Lo más significativo fue la persistencia de una actividad guerrillera (maquis) protagonizada por un número de combatientes republicanos que no se resignaban a la derrota y mantuvieron focos de resistencia armada. La segunda fase estuvo profundamente condicionada por la victoria de los aliados, que creó unas condiciones internacionales favorable a una caída del régimen franquista. La posible intervención aliada en España provocó la creación de plataformas unitarias entre distintas fuerzas opositoras. Los sectores monárquicos más democráticas se organizaron alrededor de Juan de Borbón. Esta apuesta provocó la creación de la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas. Otras organizaciones apostaron por el intento de sublevación armada para acabar con el franquismo. Desde Francia organizaron partidos de guerrilleros y actuaron en zonas rurales y de montaña. La acción más espectacular fue la invasión del valle de Arán. Finalmente, se produjo una recomposición del movimiento opositor debido a la desmoralización que provocó la consolidación de la dictadura de Franco. A finales de 1948, ninguna potencia estaba dispuesta a colaborar en una estrategia para derribar a Franco, ni parecía posible que la guerrilla acabase con la dictadura. Como culminación de la crisis general del antifranquismo aparecía también el hecho de que el mundo político del exilio estuviera cada vez más distante de la realidad política española.
6.3. El resurgimiento de la conflictividad social
A finales de 1940 empezó a resurgir en España un tímido movimiento de protesta popular, protagonizado por las clases trabajadoras, contra las precarias condiciones de vida y trabajo. Estas primeras actuaciones obreras eran fruto de la incipiente reorganización de la izquierda. Por un lado el PCE abandono la lucha armada y se centró en la acción política clandestina, por otro lado, sectores obreros católico como la HOAC. Hubo conflictos laborales en el sector textil, el metalúrgico, el químico y el naval. Se llevó a cabo una primera huelga general en Manresa y una huelga general en el País Vasco. La acción reivindicativa de mayor trascendencia popular fue quizá la huelga de tranvías. El incremento de 20 céntimas en el precio del billete de tranvía provocó un boicot generalizado de la población. Destacó también la aparición de las primeras revueltas estudiantiles.


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