LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA (1478-1834)
La Inquisición romana o medieval fue un tribunal
eclesiástico encargado de la persecución de la herejía creada en 1233 por el
papa Gregorio IX. La Inquisición española que se instauró en Castilla en 1478 y
en la Corona de Aragón en 1483, iba a ser la que denominamos como Inquisición
Española o Tribunal del Santo Oficio y se diferenció de la anterior por su
relación con el poder político, por la estatalización de la represión religiosa
y por su larga duración.
La tolerancia y coexistencia pacífica entre las tres
religiones (judía, cristiana y musulmana) se rompió durante los S. XIV y XV, sobre todo con los
judíos. El enrarecimiento de la situación iba en aumento y los Reyes Católicos
consideraron la medida de expulsión o conversión en 1492. El tribunal del Santo
Oficio tuvo como fin la vigilancia de la ortodoxia y la sinceridad de la
conversión al cristianismo de los judeoconversos o marranos. La organización de
la institución estaba totalmente jerarquizada y centralizada, a la cabeza se
encontraba El Consejo de la Santa y Suprema Inquisición al frente del cual
estaba el Inquisidor General, que dirigía y coordinaba una serie de tribunales
provinciales. En los primeros tiempos de su fundación se dedicó a perseguir a
los judaizantes, también se dirigió contra las manifestaciones de brujería. En
el S. XVI, los protestantes y cualquier disidencia heterodoxa, durante el S. XVII, la Inquisición adquiere un
papel de control social, de vigilancia de las costumbres y de la moralidad de
la sociedad. Durante el S. XVIII, ya muy decadente, su actividad se dirigió
contra la recién nacida masonería y a impedir la propaganda de los
revolucionarios franceses. Fue abolida definitivamente en 1834.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA HISPÁNICA. LA PAZ DE
WESTFALIA.
Durante los reinados de Carlos I y de Felipe II quedó
firmemente asentada la hegemonía de España en Europa y el Mediterráneo. El
reinado de Felipe III transcurre en calma, pero en el de Felipe IV el declive
en Europa será un hecho. En el interior hubo de hacer frente a las rebeliones
de Cataluña y Portugal. En el exterior, los fracasos de la Guerra de los
Treinta años, que la Paz de Westfalia pone fin (1618-1648) y con ella a las
guerras de religión que habían asolado Europa desde 1517. Los motivos del conflicto
fueron de índole religiosa: catolicismo frente a protestantismo y político: el
enfrentamiento entre la monarquía francesa y sus aliados contra el poder de la
casa de Austria, en sus dos ramas, la alemana y la española. Francia contó con
el apoyo de las potencias protestantes como Alemania, Holanda, Dinamarca y
Suecia. Westfalia significó la derroto de los Austrias y su idea de Europa como un estado cristiano, la
desintegración política del Imperio alemán, la consagración del principio de
libertad religiosa y del equilibrio europeo en las relaciones internacionales.
Se consagraba un nuevo orden en Europa en el que Francia adquiría una clara
preponderancia.
España excluida de los acuerdos de esta paz tuvo que firmar con Holanda la Paz de Münster (1648) por la que se reconocía lo que ya era un hecho desde hacía años: la independencia de dicho territorio. España continúo la guerra contra Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659) que acabará con la entrega a Francia de Rosellón, Cerdaña y varias plazas de los Países Bajos y la aceptación de la superioridad francesa. España perdía la hegemonía europea, a favor de Francia.
España excluida de los acuerdos de esta paz tuvo que firmar con Holanda la Paz de Münster (1648) por la que se reconocía lo que ya era un hecho desde hacía años: la independencia de dicho territorio. España continúo la guerra contra Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659) que acabará con la entrega a Francia de Rosellón, Cerdaña y varias plazas de los Países Bajos y la aceptación de la superioridad francesa. España perdía la hegemonía europea, a favor de Francia.
LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA. FIN DEL FORALISMO.
La muerte de Carlos II (1-XI-1700) sin descendencia
dio lugar a la Guerra de Sucesión (1701-1714) por la que se disputaban la
Corona española el archiduque Carlos de Austria y el príncipe francés Felipe de
Anjou, nieto de Luis XIV, el monarca más
poderoso de Europa en ese momento. Carlos II había elegido como heredero
a Felipe un poco antes de morir, pero ante la prepotencia mostrada por el
monarca francés, el rey Sol, se constituyó en Europa una gran alianza, que
defendía la candidatura al trono de España del archiduque. Fue una guerra de
todos contra Francia. La dimensión civil de la contienda dividió España entre
los que apoyaban al francés, Castilla, y los que lo hacían al austriaco, la
Corona de Aragón. La razón del apoyo de la Corona de Aragón al archiduque se
debió a que consideraban que respetaría los fueros, mientras que lo tradición
centralista de Francia podría no respetarlos.
La nueva dinastía Borbón siguiendo su tradicional
política centralista y uniformadora realizó una nueva reorganización del estado:
la abolición de los fueros de la Corona de Aragón mediante los denominados Decretos de Nueva Planta. Estos
decretos se impusieron en 1707 en Aragón y Valencia, en 1715 en Baleares y en
1716 en Cataluña. Con ellos se desmantelaban las instituciones propias de la
Corona de Aragón. Sólo vascos y navarros mantuvieron sus instituciones como
premio a la fidelidad a Felipe V durante la guerra.
Las nuevas
leyes que se introducían suprimían los Consejos y Cortes territoriales, se
pasaba de la denominación de reinos a provincias, se sustituyó al virrey por un
capitán general, se imponía un nuevo sistema tributario y se prohibía el uso de
las lenguas propias en asuntos oficiales. De este modo todo el territorio de la
monarquía quedaba sometido a la administración central. Se conservó el derecho
civil en Aragón y Cataluña y se mantuvieron las lenguas propias a nivel
privado.
LA ILUSTRACIÓN
Movimiento intelectual e ideológico surgido en la
Europa del siglo XVIII, basado
en el racionalismo (confianza en el poder de la razón), en el utilitarismo, en
la defensa de la educación y en la difusión de los conocimientos científicos,
así como del progreso técnico. Los ilustrados eran reformistas, afirmaban la
tolerancia religiosa, defendían la libertad de pensamiento y de expresión, se
oponían al mantenimiento de los privilegios, criticaban el poder clerical,
censuraban la excesiva influencia política y educativa de la Iglesia,
rechazaban las supersticiones y denunciaban los prejuicios tradicionales.
La introducción de las ideas ilustradas en España
fue lenta y tardía, sin duda por la falta de una pujante burguesía y la
resistencia de sectores eclesiásticos y aristocráticos. Los ilustrados españoles
fueron una minoría, que participó de las inquietudes europeas, oponiendo la
razón a la tradición. Lo peculiar fue en intentar compatibilizar la crítica y
la razón, por un lado, con la tradición cristiana, por otro. Esta minoría de
¡lustrados (Feijoo, Campomanes, Jovellanos, Mayans, Aranda, Olavide, Floridablarica...),
analizaron la problemática de la nación y propusieron reformas con el objetivo
de superar: las supersticiones de la cultura popular, alimentada con mitos y
leyendas, el desprestigio de las actividades artesanales y mercantiles, la
debilidad de la agricultura, la mala distribución de la tierra y los
privilegios de la Mesta, el desinterés por la ciencia y la técnica y los
abusivos privilegios de la Iglesia y de la nobleza y su resistencia a los
cambios. Constituiría la base intelectual de las reformas llevadas a cabo por
los primeros Borbones, en especial por Carlos III.
Para mejorar
la situación plantearía:
• El empleo de la razón y la crítica, rechazando lo
pernicioso e inútil (determinados espectáculos públicos, ciertas prácticas
religiosas...)
. El fomento
de la economía nacional (agricultura, industria y comercio)
• El desarrollo del conocimiento científico y de la educación
• El desarrollo del conocimiento científico y de la educación
La política
reformista española actuó en dos frentes: La política eclesiástica y la
económica. En cuanto a la primera, Carlos III dio un impulso al regalismo
regio, que suponía la supremacía real sobre la Iglesia, esta política
culminaría con la expulsión de la Compañía de Jesús (1767) y el intento de
controlar a la Inquisición. Y en cuanto a la política económica y el atraso
económico español, por vez primera se intenta una reforma agraria, que al
afectar a los intereses de los privilegiados apenas tendrá resultados, a pesar
de ellos se colonizaron zonas despobladas (Sierra Morena), intento de aumentar
el número de pequeños campesinos, supresión de los privilegios de la Mesta y
realización de obras hidráulicas (Canal Imperial de Aragón): en el comercio exterior
se dio apoyo a las compañías comerciales, se decretó el libre comercio con
América (1778), y se practicó el proteccionismo con la artesanía, creándose
manufacturas reales.
Entre las preocupaciones de los ilustrados está la educación, pues sólo la cultura
podía sacar al país del atraso. En este terreno se enfrentaron a la Iglesia,
que controlaba la educación, y defendieron la necesidad de una enseñanza útil y
práctica, abierta a las nuevas ciencias y a las novedades del extranjero. Para
fomentar el desarrollo científico y educativo se favoreció la creación de Academias, instituciones de enseñanza
superior, Sociedades Económicas de Amigos del país y los consulados. A pesar de
estos intentos, las reformas apenas afectaron a la sociedad, que no modificó su
estructura, a pesar de la publicación de la real cédula del 18 de marzo de
1783, que declarará a todos los oficios honestos y honrados y compatibles con
la nobleza, lo que supondría un primer paso para el cambio de mentalidad.
La Historiografía conservadora ha visto a la Ilustración como la importadora de todos los males de España. Actualmente, se considera que en el s. XVIII se echaron los cimientos de la modernización del país y sentará las bases para la aparición del pensamiento liberal que triunfará en el siglo XIX.
La Historiografía conservadora ha visto a la Ilustración como la importadora de todos los males de España. Actualmente, se considera que en el s. XVIII se echaron los cimientos de la modernización del país y sentará las bases para la aparición del pensamiento liberal que triunfará en el siglo XIX.
CARACTERÍSTICAS DEL ANTIGUO RÉGIMEN
La expresión Antiguo Régimen designa al periodo de
la historia anterior a la Revolución Francesa, a las revoluciones liberales y
ala industrialización. Es el periodo comprendido entre finales del S. XV y
finales del S.
XVIII. En España, durante este periodo se suceden dos dinastías: Los Austrias y los Borbones y es la época
en la que España desempeñó un papel fundamental en la historia europea.
Desde el punto de vista político se produce el
nacimiento de la monarquía autoritaria y su evolución hacia la absoluta, la
primera representada por los Austrias y
la segunda por los Borbones. Dicha monarquía absoluta se encuentra mediatizada por
la fuerte presencia de la Iglesia en la vida pública (regulación del
matrimonio, importancia de la jurisdicción eclesiástica, diezmos, primicias...)
y la existencia de instituciones
representativas de los distintos estamentos (Cortes)
representativas de los distintos estamentos (Cortes)
La economía es fundamentalmente agraria, con gran
presencia de la nobleza y la Iglesia como propietarios. Además, los patrimonios
de la nobleza están vinculados, no pueden venderse (mayorazgos), lo que
dificulto el acceso a la tierra de los campesinos. Un buena parte d e los
campesinos vivían en señoríos, sometidos a la jurisdicción de los señores y
debiendo abanar los correspondientes tributos por el uso de la tierra. La
industria es artesanal y el comercio tiene serios obstáculos debido a la
lentitud y carestía de los medios de transporte.
Desde el punto de vista social el Antiguo Régimen se
caracteriza por ser una sociedad estamental, es decir, una sociedad
caracterizada por la desigualdad refrendada por la ley. La sociedad se divide
en tres estamentos: nobleza, clero y estado llano. Lo nobleza es la poseedora
de los grandes latifundios y tiene reservados para sus miembros los altos
cargos militares y diplomáticos, no paga impuestos y es la máxima exponente del
prestigio social. EJ clero lo componían todos los que se dedicaban a la vida
religiosa. Eran también poseedores de grandes riquezas, sobre todo de
propiedades territoriales. Entre sus actividades se encontraba la enseñanza y
la asistencia social. Ejercían un gran poder ideológico sobre la sociedad. Los no
privilegiados eran un grupo muy heterogéneo sobre el que recaía la gran carga impositiva
de la presión fiscal. Se puede dividir en dos grandes grupos las clases urbanas
y los campesinos.
Su fin llegó
con la irrupción de liberalismo y el triunfo del capitalismo.
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