RESUMEN DE LA REFORMA AGRARIA
(Pag. 230)
El problema de la tierra en España
La situación del
campo español estaba marcada por la estructura de la propiedad de la tierra,
con zonas de latifundio y de minifundio, ambas con una bajo nivel productivo y
que dificultaban la introducción de nuevas técnicas de cultivo.
Por un lado, los
propietarios de los grandes latifundios eran reacios al riesgo y no tenían
interés por el cultivo eficiente de sus tierras. La extrema diferencia entre
propietarios y campesinos provocó una gran conflictividad social. Las protestas
se debieron a las malas cosechas, que reducían el número de trabajadores y
aumentaban el precio de los alimentos. Pero según se desarrollaban las
asociaciones campesinas, la movilización fue vinculándose a la demanda de una
reforma agraria que permitiese a los campesinos acceder a la propiedad de la
tierra.
Por otro lado,
en los minifundios de Galicia las mejoras agrícolas solo permitieron aumentar
la producción de los cultivos hasta un nivel suficiente para la subsistencia,
pero sin la obtención de beneficios y la modernización de las explotaciones.
Esto forzó la emigración de la población
(pag 279)
La Reforma Agraria
La idea de una
reforma agraria recorre la historia en el pensamiento ilustrado con JOVELLANOS
y durante el reinado de José I Bonaparte
y en el trienio liberal, aplicándose en el siglo XIX la desvinculación
agraria y desamortizaciones de Mendizábal (supuso una mayor concentración de la
propiedad) y Madoz (supuso la pérdida de numerosas tierras comunales de
aprovechamiento vecinal por los vecinos) Afectó a los grupos privilegiados de
la antigua sociedad estamental, la nobleza (supresión de señoríos y mayorazgos)
y el clero (desamortizaciones, desaparición del diezmo...).
La reforma de la
agricultura fue el proyecto de mayor envergadura iniciado por la República. Se
pretendía poner fin al predominio del latifundismo existente en buena parte del
centro y el sur de España y mejorar las condiciones de vida de los campesinos
pobres (jornaleros). Esta reforma era esencial teniendo en cuenta el papel que
desempeñaba la agricultura en la economía española.
En 1931, la
población activa era de unos 8,5 millones de personas y casi la mitad
trabajaban en la agricultura, de las cuales unos 2 millones eran jornaleros
(750000) arrendatarios y aparceros, y el resto, pequeños y medianos propietarios. Asimismo, en Andalucía, Castilla
y Extremadura, mas del 50 % de la tierra estaba en manos de un reducido grupo
de grandes propietarios.
Una serie de
primeros decretos, que perseguían proteger a los campesinos sin tierra y a los
arrendatarios, establecieron la prohibición de suspender los contratos de
arrendamiento. También fijaron la jornada laboral de ocho horas en el campo y
determinaron el establecimiento de salarios mínimos y la obligación de los
propietarios de poner en cultivo las tierras aptas para ello.
Pero la
verdadera reforma consistía en la elaboración de una Ley de Reforma Agraria, aprobada por las Cortes en
septiembre de 1932. El objetivo de la ley
era la modernización de la agricultura.
La ley permitía
la expropiación sin indemnización de tierras de una parte de la nobleza (los
grandes de España), mientras las cultivadas deficientemente, las arrendadas
sistemáticamente o las que, pudiendo ser regadas no lo eran, se podían
expropiar indemnizando a sus propietarios.
La aplicación de
esta ley se encomendó al Instituto de la Reforma Agraria (IRA), que contaba con
un presupuesto anual para indemnizar a los propietarios expropiados y se
encargaba de facilitar los asentamientos de familias campesinas. Los resultados
iniciales de la reforma agraria fueron escasos porque se expropiaron muchas
menos hectáreas y se asentaron muchos menos campesinos de los previstos ente
(entre 1932 y 1934 se establecieron unas 12000 familias).
Las razones de
este fracaso estarían en
• la complejidad de la propia ley,
• la lentitud
• las dificultades burocráticas para
su aplicación,
• la falta de presupuesto para poder
indemnizar
• la resistencia de los propietarios,
que recurrieron a todo tipo de medios para esquivarla.
La aplicación de
la Ley de Reforma Agraria originó un considerable aumento de la tensión social.
Por un lado, los grandes propietarios se opusieron abiertamente a la reforma y
la mayoría de ellos se aliaron con los enemigos de la República consolidando un
frente de fuerzas conservadoras dispuestas a acabar con ella. Por otro lado,
los campesinos quedaron decepcionados con los resultados y, viendo frustradas
las esperanzas depositadas en la República, se orientaron hacia posturas mas
revolucionarias y de enfrentamiento con las fuerzas del orden (ocupación de
tierras, incendios de cortijos, reyertas con la Guardia Civil...).
(pag 274)
Las medidas urgentes del gobierno
provisional
El gobierno
provisional decretó una serie medidas de extrema urgencia:
• la concesión de una amnistía
general a los presos políticos
• la proclamación de las libertades
políticas y sindicales
• la designación de altos cargos de
la administración.
Igualmente se
proyectaron algunas tareas urgentes:
• la reforma del ejercito,
• el inicio de negociaciones con
catalanes y vascos para pactar una solución autonómica,
• medidas para proteger a los
campesinos expulsados de las tierra por no poder pagar las rentas, así como
actuaciones para afrontar la crisis económica
• Las promesas de-cambio. de la nueva
República contaron con un amplio apoyo popular pero también con la
animadversión de los grandes-propietarios agrícolas, la oligarquía financiera ,
parte del ejercito y la Iglesia.
El gobierno
provisional decretó una serie medidas de extrema urgencia, entre ellas decretó
medidas para proteger a los campesinos expulsados de las tierras por no poder
pagar las rentas, así como actuaciones para afrontar la crisis económica
( pag 275)
La Constitución de 1931
Los diputados
electos formaron las nuevas Cortes republicanas, y el ejecutivo quedo en manos
de la coalición vencedora, que ratifico en sus cargos al jefe de gobierno
Alcala Zamora, y a los ministros del gobierno provisional. Las Cortes nombraron inmediatamente una comisión encargada
de elaborar un proyecto de constitución, que fue aprobado en diciembre de 1931,
después de intensos debates.
La Constitución
de 1931 fue muy avanzada para su tiempo. Tenia un marcado carácter democrático
y progresista, que se evidencia en el articulo primero del titulo preliminar,
donde se define a España como " una República de trabajadores de todas las
clases que se organiza en un régimen de Libertad y Justicia" y se
establece que todos los poderes emanan del pueblo. La Constitución agrupaba los
siguientes principios:
• El Estado se configuraba de forma
"integral", pero se aceptaba la posibilidad de constituir gobiernos
autónomos en algunas regiones.
• El poder legislativo residía
plenamente en las Cortes, constituidas por una sola cámara con atribuciones muy
amplias. el poder ejecutivo recaía en el gobierno, formado por el Consejo de
Ministros y el jefe de gobierno, así como en el presidente de la República,
jefe del Estado y representante institucional.
• El poder judicial se confiaba a
unos jueces independientes.
• Se reconocía una amplia declaración
de derechos y libertades y existía una
preocupación por los temas sociales.
• Se garantizaba la igualdad absoluta
ante la Ley, la educación y el trabajo y
la no discriminación por razón de origen, sexo o riqueza.
• Se reconocía la facultad del
gobierno para expropiar bienes de utilidad social y se definía el trabajo como
una obligación social.
• Se establecía el voto desde los 23
años y, por primera vez se concedía el voto a las mujeres.
• se hacia una clara afirmación de la
laicidad del Estado, al no declarar ninguna religión como oficial y al
reconocer el matrimonio civil y el divorcio.
La Constitución
no consiguió el consenso de todas las fuerzas políticas y aunque fue aprobada
por amplia mayoría (368 votos), existían profundas discrepancias entre la
izquierda y la derecha:, sobre todo en lo referente a la cuestión religiosa y
Autonómica. La aprobación de los artículos religiosos de la Constitución
provocó la dimisión de los sectores
católicos del gobierno, por lo cual Manuel Azaña sustituyo en la jefatura del
gobierno a Alcala Zamora, y este pasó a
ser presidente de la República.
(pag. 282)
La lentitud de
las reformas y La voluntad
revolucionaria de los partidos y sindicatos de izquierda agudizó los
enfrentamientos fomentó la conflictividad laboral (huelgas generales) y la
insurrección campesina con el fin de destruir el orden burgués existente. La
conflictividad social alcanzo su punto álgido a partir de 1933, cuando a los
intentos revolucionarios de la CNT se sumaron los sectores -radicales del
socialismo encabezados por Largo Caballero, a través de la organización
socialista del campo, la Federación de Trabajadores de la Tierra,.
Las Huelgas, las
insurrecciones y las ocupaciones de tierras fueron en progresivo aumento
Estas revueltas
campesinas consistían en tomar el Ayuntamiento, quemar el registro de la
propiedad, colectivizar la propiedad y declarar el comunismo libertario, y
finalizaban con la llegada de las tropas de la Guardia Civil o de la Guardia de
Asalto La posterior represión solía ser muy cruenta y en algunas ocasiones
provocaba la muerte de campesinos, como
en el caso de Casa Viejas (Cadiz),
(Pag 285)
Durante el
bienio conservador en el campo se frenó la reforma agraria: se fijó la
devolución de tierras a la nobleza, se anuló la cesión de tierras mal
cultivadas a los campesinos de Extremadura y se concedió total libertad de
contratación. Lo que supuso una tendencia a la baja en los salarios de los
jornaleros. Los propietarios mostraron su voluntad de desquitarse de las
reformas anteriores y los campesinos respondieron con huelgas.
(pag 291)
En 1936 con el
gobierno del frente popular se reanudó el proceso reformista interrumpido en
1933 y se presentó un proyecto para la devolución de los bienes comunales a los
municipios y la reanudación de los asentamientos de campesinos.
Esperanzados con
el cambio, los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una
movilización popular. Los anarquistas y socialistas defendían la necesidad de acciones revolucionarias. En
las ciudades se convocaron huelgas para pedir la mejora de las condiciones
laborales; en el campo, especialmente en Andalucía y Extremadura los jornaleros se adelantaban a la
legislación. y ocupaban las tierras.
La nueva
situación fue recibida por las derechas con absoluto rechazo: muchos
propietarios de tierras se opusieron a
las medidas del gobierno; Falange Española fomentó un clima de enfrentamiento civil y crispación política
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