LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1931)

Dicho
golpe pronto se transformó en una dictadura que fomentó el desarrollo
económico y mantuvo la paz social, a
cambio de suspender la Constitución, prohibir la actividad política y controlar la prensa. El
intento final de establecer un Estado corporativista apoyado por un
partido único, a imitación del modelo fascista, fracasó. Finalmente, terminó por producirse una crisis
política que, tras acabar con Primo de Ribera (que dimite el 28 de enero de
1930), desprestigió al rey Alfonso XIII y allanó el camino a la II República,
que llegaría en 1931.
1. EL GOLPE MILITAR: JUSTIFICACIÓN Y APOYOS.
El 13 de septiembre
de 1923, el general Miguel Primo de Rivera sacó las tropas a las calles de
Barcelona, ocupó los principales edificios oficiales y declaró el Estado de
guerra, iniciando así el golpe de Estado. En un manifiesto proclamó la
suspensión de las garantías constitucionales y exigió que el poder pasara a
manos militares. Alfonso XIII, tras unas horas de indecisión, dio su
beneplácito al golpe y encomendó a Primo de Rivera la formación de un nuevo gobierno,
integrado exclusivamente por militares.
El Golpe militar que
tuvo como consecuencia el inicio de una dictadura. Fue una solución
inconstitucional, justificado por Primo
de Rivera y por los sectores que lo apoyaban (la monarquía, los sectores católicos,
la patronal catalana,…) como una solución ante la crisis política y la
conflictividad social y, se difundió a través de un discurso con pretensiones
regeneracionistas que se centraba en la crítica de la “vieja política”. Tenía
un claro componente populista con el fin de atraerse la opinión popular.
Las CAUSAS
por las cuales la situación debía cambiar, bajo el punto de vista de los
golpistas, eran las siguientes:
o La inestabilidad y bloqueo del sistema
político parlamentario
o gran desprestigio motivado por el fraude
electoral.
o El auge de la conflictividad obrera y
campesina
o una mayor influencia del republicanismo y del
nacionalismo periférico, en especial el catalán que amenazaba la unidad de
España.
o Y el descontento del ejército tras el
desastre de Annual en el conflicto de Marruecos. Existía, además, un deseo de
evitar que las Cortes pudieran exigir responsabilidades al rey y los altos
mandos militares por lo sucedido en Marruecos (el denominado "expediente
Picasso" que investigó el desastre).
A estas razones se
une además un contexto internacional favorable a la solución dictatorial. Por un
lado la revolución bolchevique en Rusia (1917) había despertado expectativas
entre la clase obrera pero había generado el miedo a la expansión del comunismo
entre las clases propietarias; además tras la 1ª Guerra Mundial, muchos países
europeos entraron en una situación de crisis en la que las democracias
liberales salieron seriamente perjudicadas y en este ambiente, se produjo el
ascenso y auge de los fascismos (Italia, 1921) como respuesta a esta crisis y a
la amenaza del comunismo y del movimiento obrero.
Nadie salió en apoyo
del régimen liberal y el Golpe se entendió como el fin de un sistema político
nacido medio siglo atrás. Predominó una clara indiferencia que denotaba el
escaso entusiasmo hacia un régimen caduco y caciquil. Por el contrario tuvo el
apoyo de las derechas antiliberales y de los católicos. También contó con el
respaldo del nacionalismo catalán de la LLiga y con la patronal. Por el
contrario los sectores más reticentes fueron los de los partidos del turno que
si bien no se opusieron al golpe si manifestaron que no colaborarían con Primo.
En el otro extremo los sindicatos obreros actuaron de forma tímida. Los
socialistas reclamaron tranquilidad y solamente anarcosindicalistas y
comunistas convocaron una huelga que apenas tuvo incidencia.
Primo de Rivera
justificó el golpe militar a través de un manifiesto inaugural donde anunció su
voluntad de limpiar el país de caciques, de acabar con el bandidaje político,
la indisciplina social, etc. se presentó ante la prensa como un cirujano de
hierro que pretendía llevar a cabo un saneamiento político y que, en 90 días,
tras acabar su tarea, se retiraría de escena. Sin embargo esto no fue así y la
dictadura se prolongaría mucho más tiempo
del anunciado.
2. ETAPAS DE LA DICTADURA.
La dictadura militar
duró 7 años en los que se puede diferenciar un Directorio Militar, de 1923 a
1925 con gabinetes integrados por ministros exclusivamente militares, y un
Directorio Civil entre 1925 y 1930 con presencia de ministros civiles y la
intención de institucionalizar el nuevo régimen.
El
Directorio militar (1923-1925)
· Las primeras medidas políticas del
Directorio Militar mostraron su carácter dictatorial: 1. La suspensión del
régimen constitucional, 2. La disolución de las cámaras legislativas, 3. cese
de las actividades civiles, 4. prohibición de las actividades de los partidos
políticos y de los sindicatos, etc. todo ello acompañado por la militarización
del orden público y la dura represión del obrerismo más radical (comunistas y
cenetistas)
La eliminación del
caciquismo fue una de las intenciones más propagandísticas del dictador, que
elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. Además, fueron disueltos los
Ayuntamientos, sustituidos por juntas de vocales (mayores contribuyentes de la
localidad) nombradas por los gobernadores civiles. La regeneración que habían
perseguido y prometido quedó reducida a una farsa; los mecanismos electorales
se suspendieron y la renovación política consistió únicamente en la sustitución
de unos caciques por otros.
Pero quizá uno de los
problemas que centró el interés de Primo de Rivera desde el comienzo de la
dictadura fue solucionar el conflicto de Marruecos. Él mismo asumió el alto
Comisionado de Marruecos en 1924 y organizó, en colaboración con Francia el
desembarco de Alhucemas (1925) que se saldó con un gran éxito militar.
Finalmente, Abd el- Krim (jefe de los insurrectos del Rif) se rindió
entregándose a los franceses. En 1927 se culmina la ocupación española del
protectorado de Marruecos.
El
Directorio civil (1926-1930)
En este periodo se
intentó institucionalizar el régimen para que éste perdurase en el tiempo :
La influencia y
modelo del fascismo italiano fue el camino hacia un régimen autoritario que
comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva (1927), de
carácter corporativo, pues sus miembros no serían elegidos por sufragio sino
por designación entre los ciudadanos que pertenecían a as grandes instituciones
públicas (universidades, administraciones, patronales,etc).
Se creó un partido
único, que se llamó Unión Patriótica (1924). Era un partido sin un programa
ideológico definido y cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura
y seguir las pautas del poder. Sus afiliados procedían de los funcionarios de
la administración, del catolicismo y de los caciques rurales.
También se reactivó
el SOMATÉN (ciudadanos armados voluntarios) para mantener el orden público
3. LA POLÍTICA ECONÓMICA Y SOCIAL DE LA
DICTADURA.
En esa época, la
Dictadura centró su propaganda en sus logros económicos y éstos, junto con la
solución dada al problema de Marruecos, constituyeron su aspecto más positivo.
Sin embargo, la dictadura de Primo de Rivera se vio beneficiada por una
situación de auge económico a nivel internacional (“los felices 20”) que no
había contribuido a crear.
La política económica
de Primo estuvo siempre estrechamente marcada por un nacionalismo económico de
corte regeneracionista. Ejemplo de ello fueron las Confederaciones
Hidrográficas. La creación de estas Confederaciones estaba destinada al
aprovechamiento integral (energético, de riegos y de transporte) de las cuencas
de los ríos. Se puso en marcha la Confederación Hidrográfica del Ebro gracias a
la cual mejoraron 100000 Ha. de riego y se crearon 70000 nuevas. A partir de
1927 las Confederaciones se extendieron por el resto del territorio nacional.
Este nacionalismo económico se demuestra también en la creación de monopolios
(de Petróleos CAMPSA -1927; la Compañía Telefónica Nacional de España, si bien
la principal accionista de dicha empresa sería la ITT norteamericana).
Un rasgo
característico de la política económica de la Dictadura fue el intervencionismo
del Estado. Éste, tuvo un protagonismo notable gracias al fomento de las obras
públicas. Se construyeron unos 2800 Km. de carreteras. Parece que esto se hizo
para atraer al turismo y se hizo gran propaganda en el exterior, sobre todo en
Gran Bretaña. Tanto el automóvil como el turismo aparecieron en España como fenómeno
social de modernización. Con los ferrocarriles, la Dictadura inició igualmente
el camino del intervencionismo.
La tendencia a la
autarquía y al proteccionismo también fue una tendencia de la economía nacional
a la que Primo dio alas y trató de llevar a la práctica de manera directa.
El Consejo de
Economía Nacional creado en 1924, del que dependía el Comité regulador de la
producción industrial, debía conceder los permisos para que pudiera instalarse
cualquier industria. Esa estructura consultiva favoreció el proteccionismo
frente al exterior y la restricción de la competencia. Estas medidas formaron
parte del intento de combatir la crisis económica heredada de la I Guerra
mundial. La protección arancelaria era ya muy fuerte después del arancel de Cambó
en 1922 y no fue necesario aumentarla. El Consejo de Economía Nacional
recomendaba un proteccionismo integral pero eso hubiera supuesto represalias en
los productos que España necesitaba.
El comercio tuvo su
aspecto más negativo en las importaciones abundantes de materiales para obras
públicas; las exportaciones de productos alimentarios aumentaban pero
disminuían las de minerales.
Desde el punto de
vista de la Hacienda pública no se produjo ninguna reforma fiscal. Calvo
Sotelo, como Mº de Hacienda enunció un plan de altos vuelos que suponía
convertir los impuestos del producto en impuestos sobre la renta. Sin embargo,
su labor debió limitarse a tan sólo un leve retoque sin que los principales
problemas fueran tocados a fondo. Su propuesta chocó con la oposición de los
sectores conservadores que les apoyaban. En suma, la expansión industrial y
económica de estos años se hizo a costa de un fuerte endeudamiento público.
A corto plazo, el
efecto de la política económica de Primo fue muy bueno en la producción
industrial. El gran beneficiario del desarrollo fue sin duda el sector
empresarial de la sociedad española. Pero al final de la década eran patentes
algunas limitaciones. El déficit presupuestario podía enmascararse, pero el
desequilibrio de la balanza de pagos tuvo una consecuencia muy negativa, al
aumentar las importaciones. En 1929, la Deuda Pública era siete veces mayor que
en 1924, lo cual sería un lastre muy pesado para la joven II República (a
partir de 1931), que además tuvo que enfrentarse a la coyuntura de crisis
económica más grave de la historia del capitalismo internacional hasta la
fecha: la crisis del 29.
Política social
Primo de Rivera nunca
pretendió una transformación social. Las fuerzas patronales mostraron desde el
primer momento su satisfacción por el golpe de Estado. Al mismo tiempo, Primo
prometió a los sectores obreros una actitud de paternal intervención. En 1924
se creó el Consejo Nacional de Trabajo, Comercio e Industria; poco después el
Instituto de Reformas Sociales que impulsó una legislación social, así como la
inspección de las condiciones de trabajo y quedó integrado en la estructura
administrativa del Mº de Trabajo. Ese año se creó también el Tesoro del
Emigrante y la Dirección general de Emigración; se aprobó el subsidio de
familias numerosas y el seguro de maternidad.
Pero lo más ambicioso
de su obra social y lo más criticado también fue su pretensión de implantar una
organización corporativa, pretendiendo eliminar los conflictos sociales
mediante la intervención del Estado, la integración de los sectores más
moderados del movimiento obrero y la represión de los sectores más radicales.
Esta política se consideró como una imitación de la legislación corporativa del
fascismo italiano.
Con este objetivo se
creó La Organización Corporativa Nacional que regulaba las relaciones
laborales, creando los comités paritarios que estaban integrados por una
representación igual de patronos y obreros. Su misión era reglamentar los
salarios, las condiciones de trabajo y mediar en posibles conflictos. La UGT
participó en estos comités durante toda la Dictadura, mientras que la CNT fue
perseguida y pasó a la clandestinidad.
Se puede decir que
esta organización corporativa contribuyó en parte a la paz social de la época
dictatorial. Es cierto que el número de huelgas se redujo considerablemente,
pero en este sentido habría que añadir
además otras razones:
- La favorable coyuntura económica que dio
estabilidad en el empleo e hizo desaparecer las tensiones.
- La represión y persecución de los
elementos más radicales del obrerismo (anarquistas y comunistas).
4. LA
OPOSICIÓN Y EL FIN DE LA DICTADURA.
· El Régimen dictatorial de Primo de Rivera
había recibido el apoyo de la oligarquía de terratenientes e industriales, el
ejército, la Iglesia, gran parte de las clases medias y también parte del mundo
obrero (los socialistas no ofrecieron especialmente resistencia e incluso
colaborarán con el régimen). La oposición a la dictadura estuvo integrada por algunos
líderes de los partidos dinásticos, los republicanos, los nacionalistas, los
comunistas, los anarquistas, determinados sectores del ejército y la casi
totalidad de los intelectuales y universitarios.
· En cuanto al mundo estudiantil, la dictadura
pretendió controlarlos mediante la censura llegando incluso a cerrar las
universidades, lo que derivó en protestas (protagonizadas por figuras como
Unamuno y Ortega y Gasset), y en el origen de un gran sindicato opositor, la
Federación Universitaria Española.
· Los republicanos organizaron la Alianza
Republicana y desarrollaron una gran campaña propagandística en el exterior. En
Cataluña, las medidas represivas y anticatalanistas que Primo de Rivera tomó
supusieron un profundo distanciamiento.
· El movimiento obrero sufrió una dura
represión, en especial el anarquismo, cuyo principal sindicato, la CNT, fue
ilegalizado y desarticulado. El sector más radical y violento fundó en 1927 la
Federación Anarquista Ibérica (FAI). Los socialistas, por su parte, oscilaron
entre la repulsa y el posibilismo, sin embargo, el PSOE cambió su posición
hacia 1929, cuando rechazó abiertamente los intentos del régimen por
perpetuarse en el poder y se pronunció a favor de la república. Era también el
momento en el que los problemas económicos empeoraron enormemente tras el crash
de la bolsa de Nueva York, que hicieron que el descontento social aumentase,
dando lugar a nuevos movimientos huelguísticos que acrecentaron la oposición a
la dictadura.
La caída de Primo de Rivera.
· La oposición a la dictadura se
intensificó a partir de 1925, cuando Primo de Rivera quiso institucionalizar el
régimen. El clamor contra el dictador obligó al rey a retirarle su apoyo con el
fin de evitar el hundimiento de la monarquía. El 28 de enero de 1930, el
general Primo de Rivera presentó su renuncia ante Alfonso XIII. El monarca
nombró un gobierno provisional, presidido por el general Dámaso Berenguer,
conocido como la "dictablanda". Alfonso XIII pretendía volver al sistema
turnista de la Restauración, recuperar la Constitución de 1876 y convocar
elecciones.
· La oposición se organizó y juramentó
contra la monarquía en el Pacto de San Sebastián (agosto 1930). En diciembre,
un pronunciamiento en Jaca a favor de la república se saldó con la detención y
fusilamiento de los capitanes Galán y García Hernández, instigadores de la
revuelta.
· En febrero de 1931 se formó el último
gobierno de la Restauración, presidido por el almirante Aznar. El gabinete
presentó un programa basado en la convocatoria de elecciones, primero
municipales y luego a Cortes constituyentes. Las elecciones municipales del 12
de abril se presentaron como un plebiscito sobre la monarquía, de manera que el
triunfo de las candidaturas republicanas y socialistas en las principales
ciudades y capitales de provincia se interpretó como un no a la institución
real. Alfonso XIII así lo entendió y abandonó España, a la vez que se
proclamaba la Segunda República el 14 de abril de 1931.
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